Así como con los granos de kéfir, los microbios presentes en los tibicos, actúan en simbiosis para mantener un cultivo estable. Los tibicos pueden hacer esto en diversos líquidos diferentes azucarados, alimentándose de la azúcar para producir ácido láctico, etanol y dióxido de carbono que hace que el agua esté carbonatada.
Los tibicos se encuentran alrededor del mundo, sin que sean exactamente igual en dos culturas. Los tibicos típicos tienen una mezcla de Lactobacilos, Estreptococos, Pediococos y bacterias Leuconostoc con levaduras de Saccharomyces, Candida, Kloeckera y posiblemente otras. El Lactobacillus brevis ha sido identificado como la especie reponsable de la producción de polisacáridos (dextran) que forma los granos.
Las personas que no desean consumir leche, o que tienen una dieta vegetariana, pueden encontrar que el agua de kefir provee los pro-bióticos necesarios sin la necesidad de leche o productos cultivados con té como la kombucha. Si se embotella el producto terminado producirá una bebida carbonatada, por ello, puede ser una alternativa a refrescos (sodas) para niños y adultos.
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